En el despertar de mi calma,
oigo llantos,
siento lágrimas que me apartan de mi sueño.
En el despertar de mi calma,
te añoro.
Y abrazo mis recuerdos.
En el despertar de mi calma,
tu infelicidad me inunda.
Por qué huyes mi amor?
Por qué no luchas?
No has salido al frente,
pero la batalla ya está perdida.
Una batalla que no has librado.
Es por temor?
Por miedo?
Por qué no luchas?
Solo huyes,
la felicidad te grita,
pero estás sordo de realismo,
estás sordo de protocolos estúpidos,
de normas que sigues.
No huyas amor mío,
ven a mi.
Búscame aunque no sea lo correcto.
Ámame,
estréchame entre tus brazos.
Bésame, hazme el amor.
Hazme tuya.
No ansío el momento,
lo espero con calma,
ya que los ojos no se abren a menudo,
no se abren cual pestañeo.
Se abren cuando tu corazón lo exige,
y cuando tu racionalismo pierde su ser.
Oigo llantos de madrugada,
siento lágrimas,
ternura,
nostalgia.
Y amor.
Siento tanto amor...
que duele.
miércoles, 29 de mayo de 2013
No tengo sangre en las venas,
no hay cerebro en mi cabeza,
ni racionalidad.
Y nunca la ha habido.
No tengo sentido de la conciencia,
hay pasión en mi ser,
y maldad.
Y no lo escondo.
Mi cuerpo vive porque me empeño en existir,
porque en lugar de venas tengo versos,
porque en lugar de cerebro tengo ideales.
Ideales que mueven mi ser.
Y mientras bailo mi poesía soy un ente libre,
una persona nueva,
una mujer feliz.
Mientras dejo que mi ser desvaríe,
y que mis pensamientos se desordenen,
me siento libre,
y soy feliz.
Y es por eso que no envidio,
no envidio al adinerado,
no envidio al ser sometido a tal,
ya que mientras las palabras existan,
yo seré libre,
y feliz.
Baila pequeña muñeca,
baila al son de mis versos,
respira la poesía de la que estoy hecha,
respira la esencia de mi ser.
Baila hasta que no puedas más,
hasta que comprendas mi existencia,
(para algunos banal,
para otros necesaria).
Existo porque escribo,
existo porque pienso,
porque leo,
existo porque sueño,
porque me evado cuando gusto,
porque a la muerte no temo.
Y el día que muera,
cuando mis ojos se apaguen y mi corazón deje de latir,
todavía así si tú quieres,
yo,
seguiré existiendo.
no hay cerebro en mi cabeza,
ni racionalidad.
Y nunca la ha habido.
No tengo sentido de la conciencia,
hay pasión en mi ser,
y maldad.
Y no lo escondo.
Mi cuerpo vive porque me empeño en existir,
porque en lugar de venas tengo versos,
porque en lugar de cerebro tengo ideales.
Ideales que mueven mi ser.
Y mientras bailo mi poesía soy un ente libre,
una persona nueva,
una mujer feliz.
Mientras dejo que mi ser desvaríe,
y que mis pensamientos se desordenen,
me siento libre,
y soy feliz.
Y es por eso que no envidio,
no envidio al adinerado,
no envidio al ser sometido a tal,
ya que mientras las palabras existan,
yo seré libre,
y feliz.
Baila pequeña muñeca,
baila al son de mis versos,
respira la poesía de la que estoy hecha,
respira la esencia de mi ser.
Baila hasta que no puedas más,
hasta que comprendas mi existencia,
(para algunos banal,
para otros necesaria).
Existo porque escribo,
existo porque pienso,
porque leo,
existo porque sueño,
porque me evado cuando gusto,
porque a la muerte no temo.
Y el día que muera,
cuando mis ojos se apaguen y mi corazón deje de latir,
todavía así si tú quieres,
yo,
seguiré existiendo.
Alma de poeta.
Este alma de poeta muerto,
en una exhalación de sus últimas convicciones,
renueva su vida, crea un mundo nuevo,
sin saber a donde le llevará.
Este alma de poeta muerto,
es una manifestación de alma libre,
de ideales,
de sueños.
Este alma de poeta muerto,
no descansará en paz.
No lo hará por honor,
no lo hará porque el idealismo no muere,
las palabras existen,
las palabras nos pertenecen.
No existe la propiedad en cuanto a ellas,
no hay reglas ni normas,
ni castigos.
Este alma de poeta muerto,
de humano,
de soñador,
de hombre con pasión,
no puede descansar por circunstancias ajenas.
Tantos hombres han muerto sin legado,
tantos otros han muerto sin dejar su alma en la tierra.
Pero este alma de poeta muerto prevalecerá.
Prevalecerá hasta el final de los tiempos.
Ya que yo seguiré vivo...
siempre que alguien sienta mis versos.
en una exhalación de sus últimas convicciones,
renueva su vida, crea un mundo nuevo,
sin saber a donde le llevará.
Este alma de poeta muerto,
es una manifestación de alma libre,
de ideales,
de sueños.
Este alma de poeta muerto,
no descansará en paz.
No lo hará por honor,
no lo hará porque el idealismo no muere,
las palabras existen,
las palabras nos pertenecen.
No existe la propiedad en cuanto a ellas,
no hay reglas ni normas,
ni castigos.
Este alma de poeta muerto,
de humano,
de soñador,
de hombre con pasión,
no puede descansar por circunstancias ajenas.
Tantos hombres han muerto sin legado,
tantos otros han muerto sin dejar su alma en la tierra.
Pero este alma de poeta muerto prevalecerá.
Prevalecerá hasta el final de los tiempos.
Ya que yo seguiré vivo...
siempre que alguien sienta mis versos.
viernes, 10 de mayo de 2013
Ella, el amor de mi vida.
Cuando nací, creí no conocerla,
mas sus ojos me mostraron el primer signo de amor.
Débil de alma, y de dura apariencia,
intenta ocultar su gran corazón.
Abrazos que calman, sonrisas que alientan,
así es Ella.
Por mucho que pase,
por mucho que yo muera,
seguiré amándola,
pues Ella es el amor de mi vida.
Su dulce rostro no refleja la belleza de su ser,
refleja penas,
agonías,
pero hasta llorando es la más hermosa de las mujeres.
Y cuando sonríe,
oh! su sonrisa,
esa que convierte en claros mis días.
No llores mi amor,
no llores querida,
pues las penas de tu alma permanecerán ahí impasibles,
no brotarán como diamantes de tus ojos,
no se irán como la brisa de verano,
ni como los rayos del sol.
Pero por mucho que llore,
yo seguiré amándola,
pues Ella es el amor de mi vida.
Es racional,
no tiene alma de poeta,
en parte porque todos intentan apagar su llama.
Pero yo te aliento mamá,
te aliento a que sigas luchando,
a que te enamores,
y a que sigas sonriendo,
pues cuando tu sonrisa ilumina esos preciosos ojos,
ahí si que lo siento,
ahí si que sé que este amor es verdadero,
y te amaré más todavía,
porque te guste o no
Tú eres el amor de mi vida.
mas sus ojos me mostraron el primer signo de amor.
Débil de alma, y de dura apariencia,
intenta ocultar su gran corazón.
Abrazos que calman, sonrisas que alientan,
así es Ella.
Por mucho que pase,
por mucho que yo muera,
seguiré amándola,
pues Ella es el amor de mi vida.
Su dulce rostro no refleja la belleza de su ser,
refleja penas,
agonías,
pero hasta llorando es la más hermosa de las mujeres.
Y cuando sonríe,
oh! su sonrisa,
esa que convierte en claros mis días.
No llores mi amor,
no llores querida,
pues las penas de tu alma permanecerán ahí impasibles,
no brotarán como diamantes de tus ojos,
no se irán como la brisa de verano,
ni como los rayos del sol.
Pero por mucho que llore,
yo seguiré amándola,
pues Ella es el amor de mi vida.
Es racional,
no tiene alma de poeta,
en parte porque todos intentan apagar su llama.
Pero yo te aliento mamá,
te aliento a que sigas luchando,
a que te enamores,
y a que sigas sonriendo,
pues cuando tu sonrisa ilumina esos preciosos ojos,
ahí si que lo siento,
ahí si que sé que este amor es verdadero,
y te amaré más todavía,
porque te guste o no
Tú eres el amor de mi vida.
_
El corazón que calla, es el que más siente.
Es el corazón que pertenece a las personas rotas, a las personas especiales.
El corazón que calla porta unos ojos que expresan situaciones, que expresan estados de ánimo, que solo puede detectarlos un corazón del mismo calibre.
Los corazones que hablan, son los que menos sienten.
Pertenecen a personas vacías, que no saben lo que es amar hasta que duela, que no saben que existe el dolor emocional.
Personas infantiles y estúpidamente inocentes.
Personas que no significan nada para mi.
Personas carentes de cualidades que adoro.
Personas carentes de vida.
Es el corazón que pertenece a las personas rotas, a las personas especiales.
El corazón que calla porta unos ojos que expresan situaciones, que expresan estados de ánimo, que solo puede detectarlos un corazón del mismo calibre.
Los corazones que hablan, son los que menos sienten.
Pertenecen a personas vacías, que no saben lo que es amar hasta que duela, que no saben que existe el dolor emocional.
Personas infantiles y estúpidamente inocentes.
Personas que no significan nada para mi.
Personas carentes de cualidades que adoro.
Personas carentes de vida.
Versículos de mi ser.
La gente no me entiende, cuando les confieso que escribo.
Cuando confieso ser una adicta a las palabras, una esclava de los versos.
Una reina del drama.
La gente no me entiende, cuando les digo que no siempre existo,
que a veces desaparezco y luego vuelvo,
que a veces se apaga mi alma.
No demuestro mis hechos con prácticas empíricas,
quizás por ello su desconfianza.
Yo cuando gusto me voy y vuelo,
junto a los versos destrozados de mi calma.
Y ese hastío que me daña,
esa fuerza que me hiere,
esa estabilidad inexistente,
son las que forjan mi ser,
y me dan lástima los que no creen,
aquellos que no viven,
aquellos que solo existen.
La gente no me entiende, cuando les digo que vivo y muero,
cuando les digo que sueño en vida,
cuando les muestro mis sentimientos...
_
No tengo nada mío, salvo mis palabras.
Todo me lo quitan, menos mis escritos.
La sangre de mis venas apenas corre ya,
moriré pronto, lo aviso.
Lo aviso pero no lo sé,
ya que desconozco cuando será el día,
la presiento, sé que me sigue,
y que me quiere,
pero no sé cuando llegará el momento.
Soy una sombra de la noche,
un espíritu libre,
soy el águila cazadora,
y también el ratón cazado.
Cuando la muerte nos llega, nada nos queda.
Nada prevalece.
Pero sin duda mis palabras a alguien llegarán,
y permaneceré viva en su recuerdo.
Para siempre jamás.
miércoles, 8 de mayo de 2013
_
Escribo en mi refugio.
En aquel rincón olvidado donde las almas perdidas se reúnen,
donde el cantar de los pájaros no llega,
donde el recuerdo de tu sonrisa no duele.
Escribo aislada, anhelante de cariño,
de un cariño que nunca llega,
y que ya ni espero.
Escribo por sentirme viva,
por sentirme útil,
pero sin esperanza.
En aquel rincón olvidado las contemplo a todas,
a todas esas almas que ya nadie siente,
a todas esas almas que jamás echarán en falta.
Pero aunque viva estoy muerta,
he muerto desde hace tiempo,
pero este maldito corazón todavía no se cansa de latir.
Yo lo animo a que lo haga, pero si ya ni él me escucha,
quién lo hará?
Nadie.
Nadie está solo y todos lo estamos,
nadie está feliz pero todos reímos.
Sonrisas falsas al alcance de la mano de cualquiera que quiera hacer un esfuerzo,
de cobardes que no quieren hacer daño,
de personas que se mentalizan de que quieren vivir.
Pero yo no.
Yo permaneceré en mi rincón,
en mi cripta,
en mi fortaleza,
allí donde están las almas perdidas...
allí donde nunca seré juzgada.
En aquel rincón olvidado donde las almas perdidas se reúnen,
donde el cantar de los pájaros no llega,
donde el recuerdo de tu sonrisa no duele.
Escribo aislada, anhelante de cariño,
de un cariño que nunca llega,
y que ya ni espero.
Escribo por sentirme viva,
por sentirme útil,
pero sin esperanza.
En aquel rincón olvidado las contemplo a todas,
a todas esas almas que ya nadie siente,
a todas esas almas que jamás echarán en falta.
Pero aunque viva estoy muerta,
he muerto desde hace tiempo,
pero este maldito corazón todavía no se cansa de latir.
Yo lo animo a que lo haga, pero si ya ni él me escucha,
quién lo hará?
Nadie.
Nadie está solo y todos lo estamos,
nadie está feliz pero todos reímos.
Sonrisas falsas al alcance de la mano de cualquiera que quiera hacer un esfuerzo,
de cobardes que no quieren hacer daño,
de personas que se mentalizan de que quieren vivir.
Pero yo no.
Yo permaneceré en mi rincón,
en mi cripta,
en mi fortaleza,
allí donde están las almas perdidas...
allí donde nunca seré juzgada.
La buenas brujas.
No tengáis miedo a las brujas.
Desde pequeños nos dicen que son malas, que comen niños y que son feas.
Pero eso sólo son mentiras para asustarnos.
Para manipular nuestra mente.
Yo soy una bruja.
No recuerdo cuando me volví mala, creo que fue cuando cumplí los 16,
y parece ser que me merezco todo lo que me está pasando.
No fui tan mala como las brujas de los cuentos,
pero lo fui.
Y lo sigo siendo.
Y la vida me castiga cada día más.
La vida me conciencia de que no querer ser vida para mi,
de desear la muerte.
De anhelar el que será mi último aliento,
de disfrutar cada segundo de ese instante.
Y que llegue por fin la paz,
el descanso eterno.
Yo soy bruja, pero un día fui princesa.
Una princesa bonita, con príncipe y cuento de hadas,
con sueños y con ilusiones.
Con una vida por delante.
Yo fui princesa, pero ahora soy bruja.
Y cada día que pasa soy más bruja,
y estoy más triste y más deprimida.
Y más sola.
Pero no me quejo porque me lo merezco,
o al menos en ese pensamiento es en el que me refugio.
Llega ya, aliento de muerte,
pues no sé cuanto más podré esperar viva por ti...
Dedicatorias eclipsadas.
Dame razones para hacerlo y lo haré, muy al pesar de unos, muy a pesar de otros.
Dame la vida tal y como la conocía antes, dame mi razón para vivir, aquella que me quitaste.
Tú sigues pudiendo dormir por las noches, mientras yo doy vueltas en mi cama de cristal, en ese cristal creado por recuerdos ausentes.
Mi vida gira en torno a algo que ya no existe, algo tan intangible que mi mente a penas lo recuerda.
Un beso de buenas noches sería lo más bello que me podrías dar, un abrazo, o un te echo de menos.
Podrías hacer tantas cosas, que el hecho de recordarlas solo me hace más y más daño.
Cuándo desaparecerás de mi mente?
Cuándo dejarás de estar presente en mi?
Los lazos de sangre, son los más complicados de romper, pero siguen siendo lazos.
Aun así, las tijeras que forman mis sentimientos son tan débiles que solo pueden ir cortándolo poco a poco, y ese lazo es tan sumamente grande que me abruma...
Sudo en frío pensando en que esto siempre será así.
Sudo en frío al pensar que la muerte no será el fin, si no que seguirás aterrándome en mis pensamientos.
Siento que todo podría ser tan diferente si quisieses, si hicieses un pequeño esfuerzo.
Siento que te importo lo suficientemente poco como para no llegar ni a intentarlo.
Siento que no me quieres, y que nunca lo has hecho.
Eso es lo malo entre los que no han sabido dar cariño porque siempre lo han obtenido de los demás, que se quieren tanto que no tienen amor para dárselo a otros.
Tengo la lección aprendida sí, pero no consigo aprender la práctica.
Ya han pasado tantos años... cuántos más necesitaré?
Cuándo consigues que una persona salga por completo de ti?
Cuándo el veneno de una víbora se extingue de tu cuerpo?
Cuándo se agotan los recuerdos?
La princesa de los sueños.
Todos hemos crecido conociendo los sueños.
Seguramente ninguna persona recuerde su primer sueño, ni recuerde todos los que ha tenido.
Algunos ni siquiera se recuerdan nada más despertar, pero sabemos que soñamos.
Pero al igual que todo, algo ocurrió para que las personas soñasen.
Los sueños no existen desde siempre.
Los sueños existen desde que los creé yo.
Las infancias felices, las que todos recordáis, eran las añoradas por mi.
Mi vida no era bonita ni repleta de juguetes, si no más bien apagada.
Mis padres no creían que los niños fuesen niños, ni que la vida fuese un regalo, si no que hay que inculcar a éstos valores adultos, ya que cuanto antes comprendan el significado de la responsabilidad, antes serán considerados personas.
Yo crecí en ese ambiente, pero no compartía este tipo de pensamientos.
Me pasaba la vida con mi tutor, un hombre amigo de la familia más estricto que mis propios padres.
Y creía que eso era lo normal.
El tutor un día enfermó, y mis padres no encontraron otro, por lo que me dejaron en casa de unos amigos de confianza.
-No seas maleducada ni infantil, y sé respetuosa, me decían a mis 8 años.
Ese día fue el más feliz de mi vida.
Recuerdo que llovía, que me quedé de pie ante la puerta de la entrada, nerviosa por si aquella familia desconocida me preguntaba algo que mi tutor todavía no me había enseñado y me castigaban.
Pero obviamente no fue así.
Me abrieron la puerta y me abrazaron. Me dieron un beso en la mejilla.
Sí, es triste, pero la primera muestra de lo que era el amor me la dieron dos desconocidos.
-Pasa al cuarto de juegos, Noelia está esperándote ansiosa!
¿Cuarto de juegos?- pensé ¿Qué será eso?
Me dirigí a aquella puerta y llamé.
Se abrió y apareció una niña muy despeinada.
-Eres Cordelia verdad??? Estaba deseando que llegases!!!!!
Pasé el mejor día de mi vida, entre juguetes que nunca había visto, estaba maravillada.
Noelia entonces me contó que había soñado algo muy raro, que estaba en un país donde los juguetes se comportaban como las personas de verdad.
-Soñar? Qué es soñar?- pregunté
-¿Nunca has soñado? Vaya que raro, entonces qué haces cuando duermes?
-No sé, nunca recuerdo nada.
-Pero eso es culpa tuya!!! La próxima vez que te metas en la cama, piensa en cosas que te gusten mucho, ya verás como sueñas con ellas. Al menos eso es lo que dice mi mamá.
Me marché con tristeza de aquella casa, he de reconocerlo, rezando para que mi tutor no volviese nunca más.
A partir de ese día, me esforzaba todos los días por soñar, sin conseguirlo.
-Mamá, ¿por qué no sueño?
-Porque ya eres madura y mayor, las personas mayores no sueñan Cordelia.
-Y cuándo sabes que eres mayor?
Mi madre dudó ante esa pregunta, pero al final se la inventó.
-Pues... tú todavía no lo eres, pero cuando cumplas los 9 años lo serás.
Oh no, pensé, no voy a soñar nunca en mi vida?
Ese pensamiento me entristecía mucho, tanto que empecé a ponerme cada día más enferma.
No podía quitar de mi cabeza que nunca iba a poder soñar, que todas aquellas cosas bonitas de las que Noelia me había hablado jamás se cumplirían.
Mis padres empezaron a preocuparse, porque cada día mi estado era más y más débil.
Lo último que recuerdo de aquella mala época, es que un día, cuando estaba tan enferma que no podía ni mover mis pequeños bracitos, cerré los ojos.
Y al cerrarlos pensé con todas mis fuerzas que quería ser la princesa de los sueños, que quería ayudar a los niños que no podían soñar como yo.
Y desperté. Y me vi muy dormida en mi cama, como si fuese otra persona, mientras mis padres lloraban.
Me di cuenta de que había huído de mi cuerpo, y de qué podía volar.
Había hecho realidad mi propio sueño.
Desde ese día os visito cada noche, tan solo a los que tenéis fé, a los que queréis seguir siendo niños, a los que seguís teniendo esperanzas.
Os visito para que veáis que aunque no sea real, podéis crear vuestro propio mundo, y ser felices al menos mientras dormís.
Así que antes de dormir, cuando cerréis los ojos, pensad en Cordelia, la niña que dió su vida por los sueños, la niña que os visita cada noche e intenta que tengáis un momento feliz.
Así que antes de dormir, cuando cerréis los ojos, pensad en mi.
Seguramente ninguna persona recuerde su primer sueño, ni recuerde todos los que ha tenido.
Algunos ni siquiera se recuerdan nada más despertar, pero sabemos que soñamos.
Pero al igual que todo, algo ocurrió para que las personas soñasen.
Los sueños no existen desde siempre.
Los sueños existen desde que los creé yo.
Las infancias felices, las que todos recordáis, eran las añoradas por mi.
Mi vida no era bonita ni repleta de juguetes, si no más bien apagada.
Mis padres no creían que los niños fuesen niños, ni que la vida fuese un regalo, si no que hay que inculcar a éstos valores adultos, ya que cuanto antes comprendan el significado de la responsabilidad, antes serán considerados personas.
Yo crecí en ese ambiente, pero no compartía este tipo de pensamientos.
Me pasaba la vida con mi tutor, un hombre amigo de la familia más estricto que mis propios padres.
Y creía que eso era lo normal.
El tutor un día enfermó, y mis padres no encontraron otro, por lo que me dejaron en casa de unos amigos de confianza.
-No seas maleducada ni infantil, y sé respetuosa, me decían a mis 8 años.
Ese día fue el más feliz de mi vida.
Recuerdo que llovía, que me quedé de pie ante la puerta de la entrada, nerviosa por si aquella familia desconocida me preguntaba algo que mi tutor todavía no me había enseñado y me castigaban.
Pero obviamente no fue así.
Me abrieron la puerta y me abrazaron. Me dieron un beso en la mejilla.
Sí, es triste, pero la primera muestra de lo que era el amor me la dieron dos desconocidos.
-Pasa al cuarto de juegos, Noelia está esperándote ansiosa!
¿Cuarto de juegos?- pensé ¿Qué será eso?
Me dirigí a aquella puerta y llamé.
Se abrió y apareció una niña muy despeinada.
-Eres Cordelia verdad??? Estaba deseando que llegases!!!!!
Pasé el mejor día de mi vida, entre juguetes que nunca había visto, estaba maravillada.
Noelia entonces me contó que había soñado algo muy raro, que estaba en un país donde los juguetes se comportaban como las personas de verdad.
-Soñar? Qué es soñar?- pregunté
-¿Nunca has soñado? Vaya que raro, entonces qué haces cuando duermes?
-No sé, nunca recuerdo nada.
-Pero eso es culpa tuya!!! La próxima vez que te metas en la cama, piensa en cosas que te gusten mucho, ya verás como sueñas con ellas. Al menos eso es lo que dice mi mamá.
Me marché con tristeza de aquella casa, he de reconocerlo, rezando para que mi tutor no volviese nunca más.
A partir de ese día, me esforzaba todos los días por soñar, sin conseguirlo.
-Mamá, ¿por qué no sueño?
-Porque ya eres madura y mayor, las personas mayores no sueñan Cordelia.
-Y cuándo sabes que eres mayor?
Mi madre dudó ante esa pregunta, pero al final se la inventó.
-Pues... tú todavía no lo eres, pero cuando cumplas los 9 años lo serás.
Oh no, pensé, no voy a soñar nunca en mi vida?
Ese pensamiento me entristecía mucho, tanto que empecé a ponerme cada día más enferma.
No podía quitar de mi cabeza que nunca iba a poder soñar, que todas aquellas cosas bonitas de las que Noelia me había hablado jamás se cumplirían.
Mis padres empezaron a preocuparse, porque cada día mi estado era más y más débil.
Lo último que recuerdo de aquella mala época, es que un día, cuando estaba tan enferma que no podía ni mover mis pequeños bracitos, cerré los ojos.
Y al cerrarlos pensé con todas mis fuerzas que quería ser la princesa de los sueños, que quería ayudar a los niños que no podían soñar como yo.
Y desperté. Y me vi muy dormida en mi cama, como si fuese otra persona, mientras mis padres lloraban.
Me di cuenta de que había huído de mi cuerpo, y de qué podía volar.
Había hecho realidad mi propio sueño.
Desde ese día os visito cada noche, tan solo a los que tenéis fé, a los que queréis seguir siendo niños, a los que seguís teniendo esperanzas.
Os visito para que veáis que aunque no sea real, podéis crear vuestro propio mundo, y ser felices al menos mientras dormís.
Así que antes de dormir, cuando cerréis los ojos, pensad en Cordelia, la niña que dió su vida por los sueños, la niña que os visita cada noche e intenta que tengáis un momento feliz.
Así que antes de dormir, cuando cerréis los ojos, pensad en mi.
Cortantes distancias.
No me mires directamente si no me amas,
si no sueñas con mi boca, si solo piensas en mentirme.
No me mires si no ansías mi alma,
si no quieres que persiga mis ilusiones.
Lloras, querido?
No llores.
Seca tus lágrimas, he de partir.
No hay amores con distancias,
no hay corazones rotos.
Te amaré sin fin allá donde el viento vaya,
allá donde haya una gota de luz,
allá donde el miedo no exista.
Allá donde tus temores no lleguen.
Cómo amarnos si no me crees?
Cómo amarnos si no confías en mi?
No pido dinero, no pido nada,
tan solo llévame contigo a un mar de sentimientos,
edifica un altar para mi en tus ojos,
vísteme con tus virtudes,
y bailemos.
Bailemos hasta que el amor duela,
hasta que no existan las desconfianzas.
Bailemos hasta que el alba nos pida que paremos,
hasta que la luz inunde nuestras almas.
Lloras?
No llores amor,
seca esas lágrimas vírgenes y puras.
No dejes que mojen tus mejillas sonrosadas.
Lloras?
No llores amor,
no me inundes con tus ansias.
Solo déjame que coja tu mano fuerte,
y entrelace mis dedos con los tuyos.
Solo déjame que después la suelte.
Y aun así mi amor, no me habré ido,
ya que no existen las distancias en el mundo de los sentimientos puros.
si no sueñas con mi boca, si solo piensas en mentirme.
No me mires si no ansías mi alma,
si no quieres que persiga mis ilusiones.
Lloras, querido?
No llores.
Seca tus lágrimas, he de partir.
No hay amores con distancias,
no hay corazones rotos.
Te amaré sin fin allá donde el viento vaya,
allá donde haya una gota de luz,
allá donde el miedo no exista.
Allá donde tus temores no lleguen.
Cómo amarnos si no me crees?
Cómo amarnos si no confías en mi?
No pido dinero, no pido nada,
tan solo llévame contigo a un mar de sentimientos,
edifica un altar para mi en tus ojos,
vísteme con tus virtudes,
y bailemos.
Bailemos hasta que el amor duela,
hasta que no existan las desconfianzas.
Bailemos hasta que el alba nos pida que paremos,
hasta que la luz inunde nuestras almas.
Lloras?
No llores amor,
seca esas lágrimas vírgenes y puras.
No dejes que mojen tus mejillas sonrosadas.
Lloras?
No llores amor,
no me inundes con tus ansias.
Solo déjame que coja tu mano fuerte,
y entrelace mis dedos con los tuyos.
Solo déjame que después la suelte.
Y aun así mi amor, no me habré ido,
ya que no existen las distancias en el mundo de los sentimientos puros.
_
Había una niña,
de largos cabellos,
de cara tejida con esmero.
De dulce apariencia.
De ternura rellena.
El seno de la familia lujoso era,
mas a la hora de encontrarle marido surgió el problema.
Qué quieres mi niña?, el padre bramaba.
Escoge al que quieras, mi hermosa dama.
Ingeniero, médico, arquitecto quizás?
O un armador que te lleve en su barco?
O es posible que mi niña de un príncipe enamorada esté?
-Yo quiero un poeta!
Un poeta dices? Ni hablar!
Por encima de mi cadáver, has de pasar.
Qué quieres mi niña?, el padre decía,
escoge al que quieras, mi dulce angelito.
Banquero, empresario, un conde quizás?
O un actor de prestigio?
-Yo quiero un poeta!
Un poeta dices? Ni hablar!
El padre cansado, a la hija mandó exiliar.
Muchos años pasó llorando en su alcoba,
lamentándose de su decisión quizás?
No.
Lamentándose de su padre banal.
Un día de invierno,
con la lluvia acariciando su cara,
a un hombre pequeño vio,
de estrecho cuerpo.
Qué hace usted aquí así lloviendo? Curiosa preguntó.
No me molesta la lluvia, divina gracia,
ella siempre es fiel y acompaña,
al alma triste de los poetas.
Por fin! Usted será mi esposo!
El matrimonio se celebró a los meses,
más su poeta enfermó al año,
y triste ella lamentaba que muriese.
Más él con débil sonrisa le dijo,
"no llores, divina gracia,
un poeta nunca muere,
simplemente desaparece el día que cae el olvido,
el día en el que sus versos no vuelvan a ser leídos,
el día en que ya nadie crea,
el día en que nadie quiera desposar a un poeta".
El hombre falleció,
mas ella entonces entendió todo,
y a su casa volvió.
Su padre ceremonioso,
y con aires victoriosos, el pésame le dió,
más ella solo dijo,
"yo quería un poeta padre, y con uno me casé.
Aquí traigo sus escritos, que de por vida me acompañarán.
Por mucho que no esté mis noches no pasaré sola,
pues recuerdo su voz,
y cada vez que lea sus poemas sus versos vendrán a abrazarme,
sus palabras vendrán a quererme.
Como siempre lo hicieron.
Y por mucho que te pese, padre,
no es algo que pueda comprar el dinero.
Es un futuro juntos, una vida inmortal.
Es la fuerza de los poetas".
de largos cabellos,
de cara tejida con esmero.
De dulce apariencia.
De ternura rellena.
El seno de la familia lujoso era,
mas a la hora de encontrarle marido surgió el problema.
Qué quieres mi niña?, el padre bramaba.
Escoge al que quieras, mi hermosa dama.
Ingeniero, médico, arquitecto quizás?
O un armador que te lleve en su barco?
O es posible que mi niña de un príncipe enamorada esté?
-Yo quiero un poeta!
Un poeta dices? Ni hablar!
Por encima de mi cadáver, has de pasar.
Qué quieres mi niña?, el padre decía,
escoge al que quieras, mi dulce angelito.
Banquero, empresario, un conde quizás?
O un actor de prestigio?
-Yo quiero un poeta!
Un poeta dices? Ni hablar!
El padre cansado, a la hija mandó exiliar.
Muchos años pasó llorando en su alcoba,
lamentándose de su decisión quizás?
No.
Lamentándose de su padre banal.
Un día de invierno,
con la lluvia acariciando su cara,
a un hombre pequeño vio,
de estrecho cuerpo.
Qué hace usted aquí así lloviendo? Curiosa preguntó.
No me molesta la lluvia, divina gracia,
ella siempre es fiel y acompaña,
al alma triste de los poetas.
Por fin! Usted será mi esposo!
El matrimonio se celebró a los meses,
más su poeta enfermó al año,
y triste ella lamentaba que muriese.
Más él con débil sonrisa le dijo,
"no llores, divina gracia,
un poeta nunca muere,
simplemente desaparece el día que cae el olvido,
el día en el que sus versos no vuelvan a ser leídos,
el día en que ya nadie crea,
el día en que nadie quiera desposar a un poeta".
El hombre falleció,
mas ella entonces entendió todo,
y a su casa volvió.
Su padre ceremonioso,
y con aires victoriosos, el pésame le dió,
más ella solo dijo,
"yo quería un poeta padre, y con uno me casé.
Aquí traigo sus escritos, que de por vida me acompañarán.
Por mucho que no esté mis noches no pasaré sola,
pues recuerdo su voz,
y cada vez que lea sus poemas sus versos vendrán a abrazarme,
sus palabras vendrán a quererme.
Como siempre lo hicieron.
Y por mucho que te pese, padre,
no es algo que pueda comprar el dinero.
Es un futuro juntos, una vida inmortal.
Es la fuerza de los poetas".
_
El claro del día de ilustres colores,
concibe la vida con gracia y virtud.
No temas querida, son solo clamores
de la plácida luna arrastrada por el sol.
Y tantas historias, mi amada esperaba,
que absorvida por la noche se vió.
Y no sin gracia despierta quedaba
velando a su luna escapando del sol.
Catalina, princesa, qué penas tenéis?
Clamaba mi bella dama sin respuesta obtener.
La luna fijamente observaba su tez,
pero jamás contestaba.
Querida la cama, solía decir
más ella aguardaba al pie de la ventana.
Cual ángel caído,
cual espíritu osado,
cual reina sin reino.
Un día remoto, a la cama me fui,
y en la ventana no hallé nada.
Los días siguientes mi amada no estaba.
Y calmado y anhelante me asomé a su ventana,
y contemplé a Catalina, más bella que nunca.
Más brillante.
Y super que mi amor allí estaba.
No pude sobornar a sol, no conseguí su clemencia.
Así que con clara apariencia,
las alas de Ícaro porté.
Y allí estamos en el cielo.
Ella intenta ser reina, más cada alba,
la empujo del cielo, celoso de su gracia.
Y así conviven Lorenzo y Catalina,
dos amantes furtivos,
el amor y el odio,
fundidos para siempre en un cielo eterno.
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