viernes, 26 de julio de 2013
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Cuanta información nos habremos perdido, cuantas almas no serán, las que han muerto sin dejar herencia.
No una herencia física, obviamente, si no una herencia intelectual, una herencia mística.
Cuantas almas vagarán por el inframundo lamentándose de no haber podido compartir sus vivencias antes de dejarnos.
Cuantos son aquellos, que habiendo experimentado los más altos logros, su valía nunca se sabrá.
Cuantas mentes, cuantas.
Desearía poder hablar con ellas, recopilarlo todo, poder hacer que por fin descansen en paz sabiendo que alguien les comprenden.
Darles un apoyo, su minuto de gloria, un ápice de esperanza.
Pero después de todo... cómo podríamos abrazar un alma?
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