miércoles, 8 de mayo de 2013

Dedicatorias eclipsadas.


Dame razones para hacerlo y lo haré, muy al pesar de unos, muy a pesar de otros.
Dame la vida tal y como la conocía antes, dame mi razón para vivir, aquella que me quitaste.
Tú sigues pudiendo dormir por las noches, mientras yo doy vueltas en mi cama de cristal, en ese cristal creado por recuerdos ausentes.
Mi vida gira en torno a algo que ya no existe, algo tan intangible que mi mente a penas lo recuerda.
Un beso de buenas noches sería lo más bello que me podrías dar, un abrazo, o un te echo de menos.
Podrías hacer tantas cosas, que el hecho de recordarlas solo me hace más y más daño.
Cuándo desaparecerás de mi mente?
Cuándo dejarás de estar presente en mi?
Los lazos de sangre, son los más complicados de romper, pero siguen siendo lazos.
Aun así, las tijeras que forman mis sentimientos son tan débiles que solo pueden ir cortándolo poco a poco, y ese lazo es tan sumamente grande que me abruma...
Sudo en frío pensando en que esto siempre será así.
Sudo en frío al pensar que la muerte no será el fin, si no que seguirás aterrándome en mis pensamientos.
Siento que todo podría ser tan diferente si quisieses, si hicieses un pequeño esfuerzo.
Siento que te importo lo suficientemente poco como para no llegar ni a intentarlo.
Siento que no me quieres, y que nunca lo has hecho.
Eso es lo malo entre los que no han sabido dar cariño porque siempre lo han obtenido de los demás, que se quieren tanto que no tienen amor para dárselo a otros.
Tengo la lección aprendida sí, pero no consigo aprender la práctica.
Ya han pasado tantos años... cuántos más necesitaré?
Cuándo consigues que una persona salga por completo de ti?
Cuándo el veneno de una víbora se extingue de tu cuerpo?
Cuándo se agotan los recuerdos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario