En el despertar de mi calma,
oigo llantos,
siento lágrimas que me apartan de mi sueño.
En el despertar de mi calma,
te añoro.
Y abrazo mis recuerdos.
En el despertar de mi calma,
tu infelicidad me inunda.
Por qué huyes mi amor?
Por qué no luchas?
No has salido al frente,
pero la batalla ya está perdida.
Una batalla que no has librado.
Es por temor?
Por miedo?
Por qué no luchas?
Solo huyes,
la felicidad te grita,
pero estás sordo de realismo,
estás sordo de protocolos estúpidos,
de normas que sigues.
No huyas amor mío,
ven a mi.
Búscame aunque no sea lo correcto.
Ámame,
estréchame entre tus brazos.
Bésame, hazme el amor.
Hazme tuya.
No ansío el momento,
lo espero con calma,
ya que los ojos no se abren a menudo,
no se abren cual pestañeo.
Se abren cuando tu corazón lo exige,
y cuando tu racionalismo pierde su ser.
Oigo llantos de madrugada,
siento lágrimas,
ternura,
nostalgia.
Y amor.
Siento tanto amor...
que duele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario