viernes, 10 de mayo de 2013

Ella, el amor de mi vida.

Cuando nací, creí no conocerla,
mas sus ojos me mostraron el primer signo de amor.
Débil de alma, y de dura apariencia,
intenta ocultar su gran corazón.
Abrazos que calman, sonrisas que alientan,
así es Ella.
Por mucho que pase,
por mucho que yo muera,
seguiré amándola,
pues Ella es el amor de mi vida.
Su dulce rostro no refleja la belleza de su ser,
refleja penas,
agonías,
pero hasta llorando es la más hermosa de las mujeres.
Y cuando sonríe,
oh! su sonrisa,
esa que convierte en claros mis días.
No llores mi amor,
no llores querida,
pues las penas de tu alma permanecerán ahí impasibles,
no brotarán como diamantes de tus ojos,
no se irán como la brisa de verano,
ni como los rayos del sol.
Pero por mucho que llore,
yo seguiré amándola,
pues Ella es el amor de mi vida.
Es racional,
no tiene alma de poeta,
en parte porque todos intentan apagar su llama.
Pero yo te aliento mamá,
te aliento a que sigas luchando,
a que te enamores,
y a que sigas sonriendo,
pues cuando tu sonrisa ilumina esos preciosos ojos,
ahí si que lo siento,
ahí si que sé que este amor es verdadero,
y te amaré más todavía,
porque te guste o no
Tú eres el amor de mi vida.

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