No tengo sangre en las venas,
no hay cerebro en mi cabeza,
ni racionalidad.
Y nunca la ha habido.
No tengo sentido de la conciencia,
hay pasión en mi ser,
y maldad.
Y no lo escondo.
Mi cuerpo vive porque me empeño en existir,
porque en lugar de venas tengo versos,
porque en lugar de cerebro tengo ideales.
Ideales que mueven mi ser.
Y mientras bailo mi poesía soy un ente libre,
una persona nueva,
una mujer feliz.
Mientras dejo que mi ser desvaríe,
y que mis pensamientos se desordenen,
me siento libre,
y soy feliz.
Y es por eso que no envidio,
no envidio al adinerado,
no envidio al ser sometido a tal,
ya que mientras las palabras existan,
yo seré libre,
y feliz.
Baila pequeña muñeca,
baila al son de mis versos,
respira la poesía de la que estoy hecha,
respira la esencia de mi ser.
Baila hasta que no puedas más,
hasta que comprendas mi existencia,
(para algunos banal,
para otros necesaria).
Existo porque escribo,
existo porque pienso,
porque leo,
existo porque sueño,
porque me evado cuando gusto,
porque a la muerte no temo.
Y el día que muera,
cuando mis ojos se apaguen y mi corazón deje de latir,
todavía así si tú quieres,
yo,
seguiré existiendo.
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